Los dones del Espíritu Santo para la pareja y la familia

El Espíritu Santo obra no sólo en nosotros sino también en nuestro entorno: su operación es interior pero también exterior.

Como las cuerdas de un arpa o una lira, el Espíritu no sólo quiere que cada cuerda esté afinada sino que de todas ellas brote una armonía. Así también han de ser los miembros de nuestras familias.

Todos los dones del Espíritu Santo son importantes para nuestra vida como cristianos y como miembros de la familia:

(1) El don de ENTENDIMIENTO nos ayuda a comprender el plan que Dios ha mostrado en su Palabra para la pareja y la familia humana.

(2) El don de CIENCIA nos ayuda a descubrir a Dios en la naturaleza y la historia--incluyendo nuestra propia historia, sobre todo para no caer en la tentación de culparnos todo el tiempo unos a otros.

(3) El don de CONSEJO nos hace dóciles a los susurros de Dios, que buscan nuestro bien; nos hace además canales adecuados para llevar luces a los miembros más jóvenes de la casa.

(4) El don de TEMOR DE DIOS nos pone un freno ante el orgullo, la codicia, la egolatría y muchos otros males que destruyen a la familia.

(5) El don de PIEDAD nos hace reconocernos hijos de Dios, y amados en primer lugar por Él.

(6) El don de FORTALEZA nos hace firmes frente a los embates del mal, directos o indirectos.

(7) El don de SABIDURÍA nos da el saber y el sabor de las cosas de Dios.

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