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Marcos Leal
Marcos Leal
29 Jan 2023

Pirámides que se asoman entre la jungla, mercados llenos de color, ciudades coloniales y exuberantes volcanes, lagos y cuevas.
GUATEMALA: corazón del mundo maya.

Las pirámides de Tikal, con sus pendientes casi verticales, son el monumento maya más famoso de Guatemala, aunque en realidad todo el país es un vivo homenaje a esta cultura ancestral.

Pero Guatemala es mucho más que la impronta maya. Hay multitud de huellas de la conquista española, siendo la más espectacular de ellas la arquitectura: plazas, ruinas, catedrales como la de Ciudad de Guatemala, vistosas iglesias… todo un mundo colonial en forma de ladrillos, azulejos, estatuas y religiosidad.

Y a todo ello hay que sumar las maravillas naturales de este país centroamericano. Con apenas un 2% de superficie urbanizada, Guatemala ofrece un paisaje natural soberbio. Hay pocos parques nacionales, pero estos son impresionantes, sobre todo en la vasta región de Petén.

Los templos mayas se alzan desde hace siglos en un rincón de la selva de Petén. El más impresionante complejo arqueológico es el de Tikal, que se eleva imponente más de 44 metros de altura.

Pero lo que lo hace diferente al resto es que está envuelto por una densa jungla, y aunque sus templos han sido descubiertos y parcialmente restaurados, y de sus plazas se han retirado árboles y lianas, desplazarse de un edificio a otro por sus anchas calzadas de caliza supone hacerlo bajo un tupido techo de selva.

Las pirámides de Tikal, cuyo apogeo tuvo lugar entre el año 200 y el 900 después de Cristo, asombran por su tamaño, pero también por su increíble destreza arquitectónica.
El mejor momento para visitar la Gran Plaza, el corazón del yacimiento arqueológico, es a primera hora del día, antes de que la invadan los turistas.
Y la mejor panorámica es la que se tiene desde el templo de la Serpiente Bicéfala, sobre todo al atardecer, con una espectacular visión de los templos elevándose sobre la jungla, o al amanecer, con unas vistas casi místicas. También merece la pena admirar la exuberante fauna y flora en torno a los centros ceremoniales.

La antigua capital de Guatemala es la ciudad más atractiva del país y también la más visitada. Con enormes picos volcánicos y laderas cubiertas de cafetales como telón de fondo, Antigua, a 25 kilómetros al sur de la capital, Ciudad de Guatemala, es el lugar que mejor combina la herencia colonial, los paisajes atractivos, la gastronomía, la vida nocturna y la animación de los mercados.

Tanta belleza fue reconocida en 1979 por la Unesco, que la catalogó como patrimonio cultural de la humanidad.
En los alrededores, las comunidades mayas, los cafetales y los volcanes son los tres grandes ejes que justifican una excursión. Se puede escalar el volcán Acatenango para disfrutar de unas vistas apabullantes de sus volcanes gemelos, como el llameante Fuego, o acercarnos a la Ciudad Vieja, a escasos siete kilómetros de Antigua y primera capital del país.

Antigua suele estar llena de turistas, pero en sus alrededores encontramos pueblos en los que tendremos una visión mucho más solitaria y auténtica: Santa María de Jesús, a los pies del volcán Agua, con un importante mercado dominical, San Juan del Obispo, con una singular iglesia colonial y vistas panorámicas de Antigua, o San Felipe, una villa de artesanos que elaboran las mejores piezas de jade, plata y cerámica de la zona.

Para muchos, el Lago de Atitlán, es el rincón más bonito del país. Un lago azul rodeado de volcanes.

Aquí la identidad maya está más acentuada, con la presencia de una docena de grupos distintos, cada uno con su propia lengua y modo de vestir. La tradición indígena se fusiona con la española y los rituales mayas se celebran en el interior y a la entrada de las iglesias coloniales.

Chichicastenango, es una ventana abierta a la tradición indígena y un lugar cargado de espiritualidad. La ciudad, rodeada de valles y montañas, puede parecer aislada en el tiempo y el espacio del resto del país, sobre todo cuando la niebla envuelve sus tejados y sus estrechas calles adoquinadas.

El colorido mercado, que se celebra todos los jueves y domingos, es un lugar perfecto para comprar recuerdos, especialmente si se buscan tejidos exquisitos o máscaras de madera tallada.

Si buscamos un rincón al margen de los circuitos más habituales, podemos acercarnos a Semuc Champey. Se trata de un oasis en medio de la selva, con cascadas de color turquesa que forman una serie de pozas calizas.

A Lanquín la gente acude para explorar el maravilloso sistemas de cuevas a las afueras del pueblo, pero sobre todo para ir desde aquí a Semuc Champey y sus pozas escalonadas, con colores que van desde el turquesa al esmeralda.

Cancuén, en el departamento de Petén, es un gran yacimiento maya descubierto en el año 2000 cuyas excavaciones siguen en curso y que podría llegar a rivalizar en tamaño con la mismísima Tikal. Se cree que fue más un centro comercial que religioso ya que no

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